Aguja en un pajar


Pocas veces en la vida, uno disfruta tanto de poder sentirse insignificante.
La paz que puebla el valle, los cerros enmarcando las depresiones como si fueran los bordes de un terreno que, por virgen, parecerá siempre portador de una paz absoluta e inmensa.
A la izquierda el camino trae a nuevos personajes que disfrutarán de esto (espero) tanto como yo.
Son de esas imágenes que, ya sea en foto, o en persona, asombran por la profundidad y la espectaculariad de su extensión.
Paz absoluta, y agradecimiento al creador de tanta belleza.

AMAICHA DEL VALLE - TUCUMAN - 13-10-2010

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